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| Foto: NNA |
Se preguntarán que sucedió aquel
día, o mejor aún, lo que sucedió aquella tarde-noche lluviosa.
Pasaron 37 años, casi 4 décadas
donde no lográbamos cumplir nuestro sueño, momentos de dolor, de llanto, de
rabia, de desilusión, momentos que
pensamos que jamás terminarían.
Aquella tarde-noche que sería la
más recordada por miles, o mejor, millones de personas. Una tarde-noche donde
llegó gente del extranjero, específicamente los héroes de 1975, los héroes de
la vuelta número seis.
Pasaron muchos años, muchos
jugadores y muchos directivos. ¿Saben cuál fue ese “toque secreto” que permaneció durante esos 37 años?. La hinchada,
sí, aquellas personas que domingo a domingo dejaban todo a un lado y lo
dedicaban a asistir al templo futbolero, sólo era dedicado a alentar a
Independiente Santa Fe.
Se vivieron momentos de llanto,
como aquella final del 2005 ante Atlético Nacional, un cotejo que sólo necesitó
los 15 minutos finales para decidir el club que se coronaría triunfador.
Quedando con ansias y ganas de gritar ¡Santa Fe Campeón!
Dos años más tarde participando
en el torneo más importante de Sudamérica, la Copa Libertadores. Se logran
obtener resultados favorables con garra y corazón, en pocas palabras “dejando
la vida en la cancha”. Desafortunadamente en un partido sufrido, de una emoción
gigante, el club mexicano “Chivas Rayadas de Guadalajara” logra eliminar a
Independiente Santa Fe por la diferencia de un gol.
Después de dos momentos de dolor,
de tristeza, de una llanto fuerte, llegó una alegría, algo que jamás esperó la
hinchada, pero que de la mano de Luis Manuel Seijas, Agustín Julio y Omar Pérez
logran obtener. Aquel 18 de Noviembre de 2.009 donde el club albi-rojo llenó su
casa para enfrentar un Deportivo Pasto que venía con ventaja de un gol. Se
vivieron 90 minutos de de desesperación, de saber que podrían quedar
sub-campeones frente a toda la hinchada. Afortunadamente ganando el equipo de
la capital 2-1 y obligando a mandar el partido a los cobros desde los once
pasos del arco de lateral sur. Aquella noche donde los héroes fueron Omar Pérez
por marcar los goles del partido y Agustín Julio por estar gigante bajo los tres
palos durante la tanda de penales.
Vuelven los años dolorosos, para
el año 2.010, donde en dos ocasiones le tocó llorar de tristeza a la hinchada
albi-roja. La primera por parte del club Brasileño Atlético Minerio, eliminando
al expreso rojo de la Copa Nissan Sudamericana. En ese año pero en Diciembre el
que mató la ilusión de volver a una final a Independiente Santa Fe después de 5
años fue el antioqueño Wilder Medina, tras sacar un potente remate al ángulo
derecho de Agustín Julio en el minuto 88, así silenciando un estadio que quería
volver a vivir una final. Gracias al potente remate de Medina el club Deportes
Tolima logra clasificarse a la final del fútbol Colombiano en el año 2.010.
Para el año 2.011 fue doble el
sufrimiento nuevamente, la primera noche de llanto fue por manos del club
Argentino Vélez Sarfield, quién con un gol dudoso en el minuto 90 del partido
de vuelta. Un partido que terminaría 3-2 a favor del club de Liniers, con un
Santa Fe guerrero, jugando bonito y haciendo lo mejor posible para triunfar. El
segundo llanto de ese año llegó por parte de Once Caldas, quién eliminaría al
club Bogotano con un gol dudoso, con un fuera de lugar que quizá el juez de
línea no logró observar. Lamentablemente ese fue otro año sin disputar una
final para el león Bogotano.
Ya en el 2.012 llegó el día que
sería el más importante para muchas personas, el día que jamás olvidarán muchos
hinchas y quedará marcado en la mente. Fue una tarde lluviosa, donde la cita
era a partir de las 2:30 pm en el coloso de la 57, con una Bogotá vestida de
rojo y vibrante por el buen fútbol que mantenía Independiente Santa Fe.
Millones de personas esperaban que llegara la hora del cotejo, la hora de darle
inicio a un partido con 40.000 almas dentro del estadio, con 40.000 almas ansiosas
por salir gritando ¡Campeón Santa Fe!
Empezaba a llegar la hinchada
ansiosa, todos cantando y saltando para hacer sentir el amor hacia el equipo,
llegando con instrumentos y así poder tocar las famosas “murgas”
representativas de las hinchadas futboleras. En el rostro de los grandes se
veía la esperanza, mientras que en el de los chicos se veía esa alegría que los
invadía, esa alegría que los hacía mostrar una sonrisa nerviosa. Llega la hora
del partido, con miles alentando, pasando los minutos y sin saber si se podría
gritar ¡Somos Campeones Otra Vez! Nuevamente de la mano de Omar Pérez el club
Bogotano logra festejar, tras un tiro libre que concreta Jonathan Copete y así
abrir el resultado. Tras marcar el gol se logra hacer un “bengalazo”, que le dio
alegría a toda la ciudad, sólo esperando que terminara el partido.
Llega el pitazo final y el club
Bogotano se consagra campeón, con un estadio enloquecido, con ancianos y
jóvenes llorando, con niños que sonreían sin parar y con una alegría enorme de
gritar
¡Santa Fe Campeón!
Por: Andrés Chaparro Acosta - Seguir a @Andrecif2

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